William Carlos Williams
A su lado, sobre una mesa pequeña
junto a la cama revuelta y maloliente
hubo platos sucios
y un vaso de leche.
Arrugada y casi ciega
yacía y roncaba
despertando con rabia en la voz
pidiendo a gritos la comida.
Dame algo para comer.
Me estan matando de hambre.
Me siento bien. No iré
al hospital. No, no y no.
¡Dame algo para comer!
Dejame llevarte
al hospital, le dije
y cuando estés bien
podrás hacer lo que quieras.
Sonrió: Si
primero hacer lo que se te antoja
y después podré hacerlo yo.
¡Oh, oh,oh! gritaba
cuando los de la ambulancia
la pusieron en la camilla.
¿A esto le llamas
hacerme bien?
Para entonces su mente está lúcida.
Oh, jovencitos, ustedes se creen
listos,
dijo, pero te diré
que no saben nada.
Entonces partimos.
En el camino
pasamos una larga fila
de olmos, los miró
un rato a través
de la ventanilla de la ambulancia y
dijo,
¿Que son todas esas
cosas de aspecto pelusiento allí afuera?
¿Arboles? Bueno, estoy harta
de ellos , y volteó la cabeza.
Traducción: Carlos Ponce
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Datos biográficos clik aquí El Poder de la Palabra
Hace una semana que fallecio mi suegra y le acompañe en la ambulancia en su ultimo viaje... este escrito refresco mis sentimientos de esos momentos...
ResponderEliminar¿ Por que tenemos la sensación de que en los ultimos momentos tenemos que escuchar frases tremendas o hermosas loas al final?... lo mas natural es que aferrandonos a la vida lo más esencial sea simplemente querer comida o incluso simplemente dormir y dejar de pensar..
Un saludo, Reme.
Es un bello y compansivo relato...
ResponderEliminarTodos pasamos o pasaremos por esas instancias o similares, o en la camilla o acompañando a quienes van en ella. Son momentos de la vida duros, ineludibles, y solo grandes poetas como WCW pueden ver la belleza allí y donde se lo propongan. Gracias Reme, gracias Kapasulinos.
ResponderEliminarGracias por compartir este poema. Llega y mucho. También por en enlace.
ResponderEliminarhola llegueporque llegaste a mi blog...te agradezco que te haya interesado...
ResponderEliminarun abrazo enorme
lidia-la ecriba perenne
Estoy pasmada... ¿es así como suceden las cosas al final? Me habían dicho también, que nos volvemos niños otra vez, que se dice lo que se piensa, sin censuras. ¿Será agradable o desagradable?... quizás tenga mucho que ver la manera en en hemos vivido y sentido... la vejez, la muerte... hacia allí vamos, ¿estamos preparados?
ResponderEliminarSaludos buhardilleros amigos.
Williams es uno de mis poetas norteamericanos de mayor preferencia, gracias por traerlo a colación!
ResponderEliminarGracias M Morgan, Lidia, Clara y Luissiana por pasar por aquí. Tambien para mí Lussy, WCW es uno de mis favoritos. Contundente, sólido, atraviesa tu alma como una luz.
ResponderEliminarSólo quienes hemos vivido con una persona mayor, sabemos lo que estas líneas llevan de razón.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho tu blog, muy grato pasar por aquí.
Gracias Viandante, volve cuando quieras.
ResponderEliminarCuánta buena lectura!!! gracias José!
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